Hola amigos, como ya saben mi nombre es Danay, y estoy encantada de que nos volvamos a encontrar para continuar hablando sobre el impacto de la práctica del running en las diferentes esferas de nuestra vida.
En esta sección platicaremos sobre uno de los procesos cognitivos más sensibles y necesarios, ya que como dijera Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Sí, justo lo que están pensando: hoy estaremos hablando sobre la memoria y por supuesto cómo podemos potenciarla a través del running.
Pero ¿A qué nos referimos exactamente cuándo decimos “memoria”? Pues hablamos de un proceso neurocognitivo complejo que nos permite registrar, codificar, consolidar, almacenar, acceder y recuperar información y que implica diversas áreas cerebrales.
Su estudio se divide en tres dimensiones básicas: la dimensión temporal, la secuencial y la que alude al dominio o contenido. La primera se refiere al tiempo de permanencia de la información e incluye la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo. La segunda a sus procesos fundamentales: registro de nueva información, retención o almacenamiento y finalmente la recuperación (evocación y reconocimiento) y la tercera dimensión hace alusión al tipo de contenido, donde incluiríamos la declarativa y la no declarativa.
¿Desarrolla la carrera continua este dominio? La respuesta es SÍ.
Son múltiples los estudios que corroboran que la actividad física es un método preventivo para ralentizar el deterioro cognitivo y por consiguiente el declive de la memoria. Algunos muestran resultados favorables incluso a corto plazo, por ejemplo, la combinación de ejercicios aeróbicos y correr moderadamente durante treinta minutos, tres veces a la semana por tres meses mejoran la memoria de trabajo. Esta hace referencia a un tipo de memoria “online”, una memoria activa donde existe manipulación de la información.
Otras investigaciones muestran que incluso cuando se incluyen en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral, entrenamientos de resistencia, ocurre una mejoría en un tiempo menor. Mientras corremos aumenta la serotonina y la función de la dopamina, que juega un papel importante en la memoria.
Existe otro tipo de memoria vital para los seres humanos que nos permite orientarnos en el espacio e interpretar mapas y que probablemente sea la que más se desarrolle con la práctica del ejercicio físico y en especial del running, ya que este requiere del desplazamiento de los sujetos en el terreno y la interpretación de mapas: la memoria visoespacial.
Pues ya ven, son muchísimas las ventajas de correr. Hoy es un buen día para comenzar. ¿Qué esperas para ponerte las zapatillas?
Ojalá que les haya resultado atractiva la sección de hoy, gracias por leerme. Hasta el próximo miércoles, deseosa de volvernos a encontrar.
Hola doctora. Sería recomendable ofrecer a pacientes con demencia u otras enfermedades con afectación de la memoria, planes de actividades físicas individualizadas con el propósito de mejorar la misma o al menos recuperar parte de la misma?
Saludos. Excelente blog el suyo
Hola doctora. Me hiciste pensar no solo en el running, sino también en otras actividades que requieren gran coordinación. Una de ellas es el baile, en la que he visto que los bailarines le llaman a algo que ellos memorizan «la sensación». Que consiste en lo que sientes cuando haces un movimiento correcto, ya que a si mismos no se pueden ver.
En el running, también se usará la memoria muscular de forma similar?????
Muy interesante tu observación Joshua, la percepción sobre el propio cuerpo se llama propiocepción y por supuesto mejora con la danza y también con el running.
Gracias por tu comentario, y excelente sugerencia. Son muchos los estudios que apuestan por la combinación de la rehabilitación cognitiva y el ejercicio físico. Siempre les ofrezco esa recomendación a mis pacientes.